¿CÓMO PARAMOS EL TIEMPO?

Hoy vengo a hablaros del tema favorito en nuestras cabinas: El envejecimiento.

Y es que da igual que este proceso sea natural e inevitable, porque es y seguirá siendo la mayor causa de nuestros quebraderos de cabeza a nivel estético.

El envejecimiento es un proceso natural de degradación de los tejidos, órganos, células… que se empieza a producirse de manera paulatina (e imparable) a partir de los 30 años.

Este proceso, causado sobre todo por la menor producción de colágeno y elastina, se transforma en nuestro rostro, cuello, escote, y en general también en el cuerpo, con varios signos significativos entre los que destacan las arrugas y la flacidez.

Aunque, bajo mi punto de vista, la característica de este proceso que mas vejez nos confiere siempre, son las manchas.

Ante este proceso nos encontramos con varios factores que desgranaremos a continuación, que nos ayudarán a identificar en ante que causas podemos actuar, y así, poder combatirlo de la manera más efectiva.

Como comentamos anteriormente, la primera de todas es la causa natural: el paso del tiempo. En este sentido podemos tener la genética a nuestro favor o en contra, por lo que el proceso se dará más lento o más rápido, pero hay que interiorizar que es una causa no modificable y que se dará inevitablemente.

Si nos vamos a las causas externas, el protagonista desde luego, es el sol.

El abuso de exposición solar, sin protección, en horas centrales del día y de manera continuada en el tiempo, transforma nuestra piel en un tejido oxidado por la alta aparición de radicales libres.

Desde manchas por la fotosensibilidad, a arrugas profundas por la desecación de los tejidos, a flacidez… El sol está en el número 1 en la lista de los enemigos directos de la piel.

Si pasamos a causas internas, hay que dedicar especial atención al humo del tabaco, a no tomar suficiente agua, a la alimentación deficiente en antioxidantes y micronutrientes y el consumo de medicaciones potentes.

Todas estas causas ejercen un efecto negativo en cuanto a frenar el envejecimiento se refiere.

En último lugar, debemos también prestar atención a la contaminación, los climas con frío o calor extremos y las luces ultravioletas, azules, ondas magnéticas… (camas de bronceado UVA, luces que emiten los dispositivos electrónicos).

Además de estas causas, hay que destacar que el cuidado externo de la piel, con cosmética adecuada y tratamientos estéticos que aceleren los procesos de regeneración desde el interior, ayudan de forma muy evidente a frenar este temido proceso.

En conclusión: El envejecimiento es un proceso global e inevitable que solo puede ralentizarse, pero que, haciendo pequeños cambios en algunos campos, podemos modificar la velocidad y la forma de que nuestra piel cumpla años.

Y tú, ¿cómo quieres envejecer?.

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